Cómo curar una sartén de hierro fundido o acero al carbono.
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Si estás pensando en comprar —o ya compraste— una sartén de hierro fundido, acero al carbono o hierro laminado, lo más importante que debés saber es que no podés tratarlas como cualquier otra sartén. Estas piezas necesitan ser curadas y bien mantenidas para rendir al máximo. El proceso es sencillo, aunque requiere algo de práctica. Y vale totalmente la pena.
¿Qué significa curar una sartén?
En pocas palabras, significa crear una capa protectora (“pátina”) sobre la superficie de cocción. Con el tiempo, el uso y el cuidado adecuado, esa capa se transforma en una superficie naturalmente antiadherente. No será tan 100% libre de adherencia como una sartén antiadherente moderna, pero se acercará bastante. De hecho, estas eran las sartenes que se usaban antes de que existiera el teflón.
El hierro fundido, el acero al carbono y el hierro laminado están viviendo una nueva etapa de popularidad porque, a diferencia de las sartenes antiadherentes (que con buen cuidado duran unos 10 años), estas pueden durar toda la vida. Y lo mejor: mejoran con el tiempo, gracias a esa pátina.
Ventajas de estos materiales
Una de las mejores características de estas sartenes es que alcanzan y retienen muy bien el calor. Eso se traduce en carnes perfectamente selladas y vegetales dorados y crujientes: salmón con piel crocante, coles de Bruselas caramelizadas… además, son compatibles con cocinas de inducción y parrillas al aire libre. Siempre que el mango sea apto para horno, también podés usarlas allí o en parrillas con tapa como Broil King.
Lo que NO debés hacer
A cambio de todo eso, solo te piden una cosa: no uses detergente ni lavavajillas. Los agentes químicos eliminan la capa de curado que hace que la sartén sea naturalmente antiadherente. Tampoco las dejes húmedas, ya que podrían oxidarse (nada grave, se puede re-curar, pero es mejor evitarlo).
A medida que las uses, el mantenimiento se vuelve casi automático. Cuanto más las uses, más fácil será cuidarlas.
Curado inicial
Si tu sartén no viene precurada, vas a necesitar hacer este proceso antes del primer uso. Si viene precurada, podés saltearlo, aunque recomendamos hacerlo igual para fortalecer la capa protectora desde el principio. Solo lleva unos 15 minutos (o una hora si preferís el método al horno).
Método en la hornalla
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Si la sartén no está curada, lavala con agua tibia y detergente (solo esta vez).
Si ya está precurada, solo enjuagala sin jabón. -
Secala bien con un paño y ponela a fuego bajo unos minutos para eliminar la humedad.
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Agregá suficiente aceite vegetal o de alto punto de humo para cubrir unos 5 mm del fondo, más un puñado de sal y cáscaras de dos papas.
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Calentá a fuego medio durante 8-10 minutos, moviendo las cáscaras por toda la superficie (incluidos los bordes). La sartén tomará un tono amarronado.
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Desechá el contenido, dejá enfriar y limpiá con papel de cocina.
Tu sartén ya está curada. No será completamente antiadherente todavía, pero este paso inicia el proceso. Después de cada uso, seguí las instrucciones de la sección “Limpieza regular”.
Método al horno
Ideal para sartenes de hierro fundido (Lodge) o acero al carbono (Merten) sin mango de madera.
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Precalentá el horno a 220 °C.
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Lavá y enjuagá la sartén (solo con detergente si no está precurada). Secá bien.
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Ponela sobre fuego bajo 2-3 minutos para abrir los poros del metal.
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Apagá el fuego y aplicá una fina capa de aceite de alto punto de humo en toda la superficie (interior y exterior).
No dejes exceso de aceite: las capas gruesas dejan manchas pegajosas. -
Colocá la sartén en el horno durante 1 hora.
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Apagá el horno y dejá enfriar la sartén adentro completamente antes de guardarla.
Limpieza regular
Después de cocinar, no uses detergente ni esponjas abrasivas.
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Enjuagá con agua tibia mientras aún está algo caliente.
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Si hay restos pegados, agregá un poco de agua y calentá suavemente para desprenderlos con una cuchara de madera.
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Luego, hacé una pasta con bicarbonato de sodio y agua, y frotá con una esponja o cepillo suave.
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Enjuagá y secá muy bien. Podés colocarla sobre el fuego o dentro del horno unos minutos para eliminar toda la humedad.
Opcional: aplicá una capa finísima de aceite vegetal y frotá con papel de cocina mientras está tibia, para reforzar la pátina.
Consejos de uso y mantenimiento
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Siempre cociná con aceites de alto punto de humo: girasol, maní, canola, vegetal. Evitá el aceite de oliva virgen o el de sésamo, que se queman y dejan residuos.
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Evitá cocinar alimentos ácidos (tomate, vino, cítricos) hasta que la sartén esté muy bien curada. Pueden dañar la capa protectora.
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No la dejes en remojo ni uses virulana: si necesitás desincrustar, repetí el proceso de curado rápido.
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Si ves zonas claras o si se pegó algo, pasá una capa fina de aceite y calentá 10 minutos hasta que oscurezca (puede humear).
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Si cocinás algo ácido y quedan manchas blancas, simplemente volvé a curarla.
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Cuanto más la uses, mejor se volverá su superficie. La mejor forma de mantenerla curada es cocinar con ella.